Los garbanzos son
fuente de hidratos de carbono de absorción lenta, fibra dietética, vitamina C y
minerales como el magnesio y el selenio.
Los garbanzos destacan, entre otras muchas virtudes, por
ser ricos en lecitina, un tipo de grasa que contribuye a regular los niveles de colesterol y los triglicéridos. Además, son fuente de ácidos grasos esenciales como el linoleico,
comúnmente conocido como omega 6. También contiene una gran
cantidad de fibra dietética, potasio, vitamina C y vitamina B6 que
lo convierten en un alimento que mejora la salud de nuestro corazón
y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por su elevada proporción de fibra soluble, favorecen el tránsito
intestinal, aportan saciedad y ayudan a prevenir el estreñimiento. Seguro que te viene a la cabeza el refrán: “Lentejas, garbanzos y
judías ponen el intestino al día”. Comiendo garbanzos no solo estaremos
promoviendo la regularidad intestinal, puesto que son muy beneficiosos para los
diabéticos que deben controlar los niveles de glucosa en sangre. Se trata
de hidratos
de carbono de absorción lenta que libera energía
poco a poco y estabiliza la glucosa sanguínea (bajo indice glusemico), lo que permite que se
puedan incluir en dietas para personas con hipertensión arterial debido
a que tienen un alto contenido en potasio y muy bajo en sodio.
¿Hay que
abstenerse de comer garbanzos cuando se pretende adelgazar o mantener la
línea?
Los carbohidratos o hidratos de carbono son un nutriente indispensable en
cualquier plan de alimentación, incluidos regímenes de personas con sobrepeso.
El efecto saciante y reductor del apetito de la fibra
contenida en los garbanzos hace que nos sintamos llenos durante más tiempo y se
reduzca nuestro consumo total de calorías diarias. Así pues, la
ingesta racional de esta y otras legumbres favorece la pérdida de
peso.
Las
propiedades de los garbanzos no se acaban aquí, ya que, dada la presencia
de magnesio, fósforo, vitamina K, manganeso, zinc y hierro,
contribuyen a la construcción y el mantenimiento de la estructura ósea.
Y aún hay más: en la composición de los garbanzos figura el selenio, mineral
que actúa como antiinflamatorio y ayuda a disminuir la velocidad de crecimiento
de los tumores. A este micronutriente se le atribuye un papel preventivo
frente a algunos tipos de cáncer, como el de estómago o el de próstata.
CURIOSIDADES:
La riqueza en folatos de los garbanzos
justifica la importancia de introducirlos en la alimentación durante el
embarazo para prevenir malformaciones fetales.
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